Permanente recuerdo a los mártires de la Revolución

El día de la muerte de Frank País García y Raúl Pujol fue escogido como fecha simbólica para honrar a los más de 20 000 cubanos que perdieron la vida en el empeño de derrocar a Batista. // Foto tomada de Internet

A los hijos ilustres de esta nación se honran hoy. Por las calles de Santiago transitan los peregrinos y proclaman la vida eterna de jóvenes como Frank, heroico como su tierra.

 

En los ojos de su pueblo se asoma la tristeza que emanó de aquel 30 de julio de 1957 de sangre, cuando las metrallas de los esbirros arrebataron el aliento a dos ejemplares revolucionarios.

 

La savia del cuerpo de Frank País García, junto a la de su compañero de luchas Raúl Pujol Arencibia, corrió por el Callejón del Muro, y se enraizó en la historia, creció en la obra redentora, se reprodujo en las almas de los miles de jóvenes que como ellos conquistaron la independencia de Cuba.

 

Pese al dolor que acompaña su recuerdo, mayor aún es la gloria, la efervescencia de sus casi 23 años de entrega incondicional a la Patria, la grandeza de un pensamiento que contenía el espíritu y la luz de redención, y presagiaba la guía certera hacia caminos de victoria.

 

El Frank intrépido, íntegro, Jefe Nacional de Acción y Sabotaje del Movimiento 26 de julio, heredero de la intransigencia revolucionaria de Antonio Maceo al nacer el siete de diciembre del aniversario 38 de la caída en combate del Titán de Bronce, organizador del Levantamiento del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba en apoyo al desembarco del Granma, habita su ciudad, camina sus calles, y hasta las paredes guardan sus huellas, el eco de su voz, la fuerza de sus ideas convertidas en realidad desde el enero triunfante.

 

Por coincidencia histórica aquel que fuera su compañero de acción, que militó las organizaciones Acción Libertadora, Acción Revolucionaria Oriental (ARO) y Acción Nacional Revolucionaria (ANR), las dos últimas fundadas y dirigidas por Frank, el Comandante del Ejército Rebelde René Ramos Latour, comparte la misma fecha de ascenso al pedestal de los mártires cubanos.

 

Daniel, nombre de guerra de Ramos Latour, quien le sustituyó en el cargo que desempeñaba al morir, organizador de la huelga del 9 de abril de 1958, jefe de la Columna 10 del Ejército Rebelde, se unió al nativo santiaguero en el sublime espacio donde reposan los caídos de y por la Patria.

 

Otros amantes de la emancipación como Juan Bruno Zayas Alfonso, el general más joven de las huestes mambisas del Ejército Libertador, y el capitán José María Martínez Tamayo (Papi) de la guerrilla del Che en Bolivia, perdieron sus vidas en combate en fecha similar de 1896 y 1967.

 

A ellos, como a Frank País García, el pueblo rinde tributo en este Día de los Mártires de la Revolución Cubana. Y sus ejemplos se engrandecen, cubren el suelo patrio, y anuncian su presencia inmortal en acto protector de sus sueños de justicia, en defensa de una libertad que tuvo el precio de su sangre.