Por un mundo de conocimientos

Manzanillo. Junio 7.- El sol se asoma indicando la llegada de un nuevo día, ahí están las seños esperando a los pequeños con nuevos conocimientos, un paseo por el fascinante y apasionado mundo de la lectura le espera a los 13 niños que asisten por estos tiempo al círculo infantil Mi pequeño príncipe de esta ciudad.
En esta institución se trabaja desde edades tempranas con los niños para propiciar en ellos el gusto por la lectura mediante la narración de cuentos, relatos asequibles a su edad, que van adaptando las educadoras según el año de vida por el que transiten.
“Las educadoras tienen la preparación de escogerlos – comenta Sucel Bosch Guillen, directora de la institución educativa – y una vez que el niño va transitando por los diferentes años de vida de acuerdo a esa narración que se les hace, debe ser capaz de hacer una pequeña narración del cuento, debe saber escucharlo, ver cuáles son los personajes positivos, negativos, incluso que pueda en el grado preescolar narrar un cuento completo y realizar el ordenamiento de láminas, que es una tarea que tiene que ver también necesariamente con la secuencia del mismo cuento para que exista un orden lógico y el caso específico de preescolar es muy importante porque es ahí donde se prepara al niño para la lectoescritura en el primer grado”.

Sucel Bosh Guillén, directora del Círculo Infantil Mi pequeño príncipe. /Foto Lilian Salvat Romero

La preparación especializada que allí se imparte es de mucha importancia para grados posteriores, de ello depende que en edades futuras lean y desarrollen este hábito que les permite adentrarse en el mundo del conocimiento, la imaginación y la fantasía.
“Ya en el grado preescolar los niños deben saber narrar un cuento, este ordenamiento de láminas le sirve como pauta para y poder narrar de forma consecutiva el cuento; pero es muy importante este trabajo no solo en las actividades programadas sino en todas las formas organizativas del proceso, en acciones independientes, fundamentalmente , teniendo en cuenta que en el horario del día hay momentos específicos en los que se debe utilizar actividades pasivas con los niños y esta lectura de cuentos infantiles y tradicionales son muy significativas para que el niño se vaya apropiando de esta lectoescritura para grados posteriores”, puntualiza Bosch Guillen .
En uno de los salones nos encontramos a la seño Maida Blanco Rivera, ella tiene vasta experiencia en este tipo de labor pues desde muy joven la realiza, su carisma y dulzura con los pequeños la hacen para ellos alguien familiar, “nosotros nos enmarcamos en el área de desarrollo de Lengua Materna, no siempre se imparte la narración de cuentos propiamente en actividad programada, pero sí en la actividad independiente, espacio que es más rico para propiciar el trabajo con la narración de cuentos; diariamente se les proporcionan conocimientos dentro del área de Lengua Materna y es muy importante para su desarrollo cognitivo la visualización de láminas con imágenes de los cuentos , ellos identifican el cuento y sus personajes” .

Maida Blanco Rivera, educadora del círculo infantil con vasta experiencia en la educación preescolar./Foto Lilian Salvat Romero

No solo para aprender cuentos que tradicionalmente a los pequeños les gusta escuchar estas abnegadas educadoras hacen su mayor esfuerzo, la recompensa es ver cómo se inclinan por abrir y hojear un libro y descubrir un mundo diferente, un hábito que si perdura, es una batalla ganada.
El uso indiscriminado de las nuevas tecnologías ha vuelto obsoleta esta maravillosa costumbre con la que se dormían muchos niños, pero el trabajo de estas personas lo hace renacer, ellas forman una nueva generación y lo hacen a través de la lectura porque es ahí donde está la fuente del conocimiento.

Las actividades con el componedor ayudan a fomentar el hábito por la lectura desde edades tempranas./Foto Lilian Salvat Romero
El dibujo apoya la narración de cuentos./Foto Lilian Salvat Romero