¡Un reino para jugar y aprender! (+Fotos, Infografías y Video)

Jugar y aprender es una prioridad para los niños y niñas de los círculos infantiles, como el Alegría infantil del Nuevo Manzanillo // Foto: Denia Fleitas Rosales
Jugar y aprender es una prioridad para los niños y niñas de los círculos infantiles, como el Alegría infantil del Nuevo Manzanillo // Foto: Denia Fleitas Rosales

Emily y Alexa juegan, pero con sus manecitas, que cuidan con esmero al bebé enfermo y construyen, superan sus estaturas. A pequeña escala, para sus apenas cuatro años de vida, está diseñado el mundo de diversión donde aprenden cada día a levantar las alas y a buscar sueños.

En sólo un instante ambas, junto a sus amiguitos, son capaces de armar un mercado, una cocina, un consultorio médico, un salón de belleza, y muchos más escenarios creados por las seños de su círculo infantil para su entretenimiento y aprendizaje.

Y mientras ellas gozan entre juegos de roles, cuentos, canciones, estos centros educativos, creados en Revolución hace 62 años, revalidan la trascendencia de su existir como instituciones encargadas de la atención a los niños de la Primera infancia, etapa instructiva inicial dentro del sistema educacional cubano.

Emily Machado Hidalgo disfruta el juego entre amiguitos y seños // Foto: Marlene Herrera Matos

“Aprendo mucho, me gusta jugar con mis amiguitos, a la enfermera y a la cocina, quiero mucho a mis amiguitos, me porto bien en la casa y me como toda la comida- dice Alexa mientras levanta las paredes de un castillo para princesas, en el Alegría infantil del Nuevo Manzanillo. La seño me enseña mucho: a decir poesías, hacer cuentos, a comerme toda la merienda, y me porto bien con ella”.

Alexa Sanfonte Moreno dice que la seño le enseña a hacer poesía y cuentos // Foto: Marlene Herrera Matos
Alexa mientras levanta las paredes de un castillo para princesas, en el Alegría infantil del Nuevo Manzanillo // Foto: Denia Fleitas Rosales

Al amparo del principio martiano de que la educación comienza con la vida surgieron los círculos infantiles, idea perfilada por el Comandante Fidel Castro y cumplida con esmero por Vilma Espín y miles de mujeres que recaudaron fondos para la construcción de estos palacios de amor, donde se persigue el desarrollo integral armónico de los bisoños, y la dotación de las nociones básicas del saber tanto para ellos como la familia, previo a la etapa escolar.

Infografía: Marlene Herrera Matos

Así, cada amanecer a partir de las seis, más de 1700 niños desde un año hasta los seis años de edad inundan con su algarabía e inocencia los 10 círculos infantiles distribuidos por la geografía de Manzanillo, en respuesta también a las necesidades de las madres trabajadoras, con prioridad para el ingreso de sus hijos a dichas instalaciones.

Hoy como abuela que lleva de la mano a su nieta, antes como educadora con 38 años de desempeño en los tres componentes de la primera infancia: Programa Educa a tu hijo, el círculo infantil y preescolar, María de las Mercedes Estrada Solano, aunque jubilada, predica que “es una labor bella, desde que el padre llega con ellos el saludo al entrar, la sonrisa, recibirlos con beneplácito, con disposición de las condiciones para que los niños desarrollen hábitos, habilidades, conductas, y el padre vea el avance y se sienta satisfecho”.

Mercedes Estrada Solano, educadora jubilada con 38 años de desempeño en los tres componentes de la primera infancia // Foto: Marlene Herrera Matos

“Nuestros círculos se rigen organizativamente por el cumplimiento de un horario de vida que incluye la satisfacción de las necesidades básica  de alimentación, aseo y sueño, primordiales en esta etapa de crecimiento. Además el ámbito docente, con los contenidos curriculares en las cinco dimensiones del desarrollo, relativas a la comunicación, motricidad, estética, social-personal y la relación con el entorno, explica la Máster en ciencias Zaida Mesa Fonseca, al frente del nivel educativo Primera Infancia en la dirección municipal de Educación en Manzanillo.

Infografía: Denia Fleitas Rosales

“Cumpliendo los principios de que es el niño el centro del proceso educativo y el papel rector del adulto en su educación, se enfatiza en las áreas de desarrollo en el orden de la lengua materna, el mundo social, natural y de los objetos, nociones elementales de matemática, normas de comportamiento y cualidades morales, relaciones interpersonales, sentimientos, emociones, actitudes; las educaciones musical y plástica con el modelado de plastilina, la gimnasia matutina, que redundan en la búsqueda del máximo crecimiento físico y psíquico del infante, y en la formación de su personalidad”.

Zaida Mesa Fonseca, al frente del nivel educativo Primera Infancia en la dirección municipal de Educación en Manzanillo// Foto: Denia Fleitas Rosales

A sabiendas de la riqueza de esa etapa inicial de la vida, en la que se considera alcanza el niño más del 75 por ciento, incluso hasta el 95 por ciento, de lo que puede ser cuando hombre, se les proporciona en los círculos los fundamentos cognitivos en un ambiente de seguridad y protección, y se orienta a la familia en virtud de que las nuevas generaciones disfruten una vida plena.

Es razón por la cual María de la Caridad Vargas Del Toro, educadora del quinto año de vida del Alegría infantil, asegura “es esta mi otra casa, los niños son para mí lo más importante, los amo y disfruto mi trabajo. Sus padres los dejan bien temprano en la mañana con mucha confianza en nosotras las educadoras, que estamos aquí para darles amor, cariño, y enseñarles cada día algo nuevo”.

Redunda su decir en la necesidad de la preparación de quienes se ocupan de este proceso de enseñanza, entre los 441 docentes y no docentes de este componente en el municipio. “Una tarea ardua, de mucha sensibilidad, que demanda de nosotras, de la elaboración de medios de enseñanzas, estilos atractivos de trabajo, porque cada uno de los niños tiene caracteres diferentes y estamos aquí para guiarlos; el deber nuestro es  educarlos”.

María de la Caridad Vargas Del Toro, educadora del quinto año de vida del Alegría infantil // Foto: Marlene Herrera Matos

En estos centros se cuenta, además, con otras especialidades como logopedas e instructores de arte, y permanece una enfermera para la atención médica inmediata, quien vela además por el cumplimiento del manual de alimentación que responda a las necesidades nutricionales de esas edades. La premisa de cuidar de la esperanza de la nación, sus niños y niñas, y de facilitar la incorporación de la mujer cubana al trabajo se cumple al pie de la letra.

Tales conjugaciones dan a la familias una garantía, como afirma la enfermera Misleysis Cabrera Rodríguez, trabajadora del servicio de terapia intermedia del Hospital clínico quirúrgico Celia Sánchez Manduley, madre de un niño de dos años de edad del círculo infantil Amiguitos de Camilo, en el reparto Taíno: “es un privilegio y oportunidad para la trabajadora, ya que sabemos que los niños están seguros, que una seño les representa, cuida y atiende; que una enfermera está al tanto de cualquier signo o síntoma y de manifestarse nos localizan. Ellas hacen el papel de las madres aquí para que nosotras podamos trabajar”.

Mientras que para la auditora Esmirna Suárez Quesada, de la dirección municipal de Salud, “es una gran tranquilidad que mis hijos estén aquí; desde el mayor que  está en el seminternado, y ahora los mellizos en el cuarto año de vida. Las seños son muy responsables, los cuidan, y eso me da la confianza para hacer bien mi labor”.

Esmirna Suárez Quesada, madre de dos mellizos del cuarto año de vida del círculo infantil Amiguitos de Camilo// Foto: Marlene Herrera Matos

Desde los primeros pasos dados en esta urbe costera de la provincia de Granma en el propio año 1961, con la adaptación de una casa convertida en el Elías Zaldívar, en las proximidades del malecón; la incorporación de otras tres viviendas, luego acondicionadas para la acogida de la enseñanza, y el crecimiento hasta la decena de círculos infantiles dispuestos hoy, Manzanillo se distingue por hacer de esta tarea una obra de infinito amor, que se extiende ahora a cuatro casitas infantiles con matrícula de 137 niños y niñas.

Empeñadas en ganar el afecto de los pequeñines, la confianza de los padres y de mantener la calidad formativa en sus instituciones, las seños dejan huellas en sus niños. Sí, porque los hacen suyos con el abrazo, la enseñanza, la paciencia, la dedicación, el consuelo.

Basta, para saberlo, que Emily sienta júbilo porque la de ella le enseñó a cantar, a contar historias y le dice que ayude a su mamá en casa, y Alexa exprese con ternura el que es, junto al aprendizaje, el mejor de los regalos: “¡que la quiero mucho!”

Reportaje desde el canal YouTube Radio Granma Manzanillo