Celia: la inolvidable madrina junto a Fidel (+Fotos y Audio)

Celia y Fidel se convirtieron en los padrinos de muchos niños huérfanos víctimas de la guerra //Foto cortesía del Conjunto Escultórico Celia Sánchez Manduley

Manzanillo. Mayo 9.- Este es un domingo diferente y especial porque en coincidencia con la celebración del día de las madres, los cubanos recordamos a la heroína de la Sierra y el llano en ocasión del aniversario 101 de su natalicio, una ejemplar mujer, que seguirá latiendo en los corazones de muchos los que habitamos esta isla antillana.


Y es que si la historia de Cuba tiene a Carlos Manuel de Céspedes y a Mariana Grajales como el Padre y la Madre de la Patria, también podríamos decir que Celia y Fidel son los padrinos de la Revolución cubana que inició el 10 de octubre de 1868 y que nuestro pueblo lleva adelante.


Ambos acogieron como suyos a millones de cubanos que les acompañaron en el porvenir de esta nación, y en especial durante los primeros años de la Revolución triunfante, a los hijos de mártires que quedaron huérfanos durante todo el proceso de la guerra que nos dió la luz libertadora aquel Primero de enero de 1959.


Mucho se ha hablado de Celia como combatiente, pero pocas ocasiones como madrina de miles de infantes para los que se convirtió en una madre también, ya que la naturaleza le privó de ese privilegio.
Pero ella haciendo gala de su nombre Celia Ester de los Desamparados Sánchez Manduley, no podía hacer otra cosa que su corazón le dictara que no fuera el brindar apoyo, amor, cariño y protección junto a Fidel, a esos pequeños que hoy la llaman su madrina especial.

Fidel y Celia
Fidel y Celia siempre tuvieron presente la necesidad de brindar ese cariño filial a los infantes. Y esto sólo se logró por el vínculo que ambos lograron desde la etapa insurreccional. Sobre esa amistad habla Luis Rodríguez Peña, técnico del Conjunto Escultórico Celia Sánchez Manduley.


«Hay palabras que marcan mucho esta relación como las que dijera, quien fue el Ministro de cultura Armando Hart Dávalos, en la despedida del duelo a la flor más autóctona de la Revolución, que no se podía escribir la historia de Fidel sin mencionar a Celia Sánchez Manduley, y es justamente basado en el apego que tuvo Celia con los principios, la ética y la doctrina de Fidel.

Luis Rodríguez Peña //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Luis Rodríguez Peña //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Se conoce que cuando esta mujer sube por segunda vez a las estribaciones de la Sierra Maestra ya se incorpora como una combatiente más en la columna de Fidel y allí comienza a ejercer labores que marcaron la historia de Cuba, porque empieza a documentar todos los sucesos de la guerrilla que luego fueron depositados como patrimonio histórico en la oficina para estos asuntos, que fundara en el 1963″, dijo Luis.


En la trayectoria de Celia hay muchos elementos que la incluyen dentro de la vida de Fidel, así agrega este especialista al explicar algunos de sus detalles después del triunfo. «Fue Celia la que estuvo siempre junto al Comandante a la hora de generar una idea o de crear un proyecto social, económico o político, a la creación de nuevas instalaciones y edificaciones.

Podemos decir que aunque no lo fue por oficio ella fue la secretaria más cercana a Fidel, la persona que lo aconsejó y quienes estaba más cerca de él, era la que sabía entenderlo y encauzar sus ideas».


Sin lugar a dudas fue esta mujer quien logró incrementar más el vínculo de Fidel con Manzanillo. «Ella fue la entrañable Diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular representándonos a los manzanilleros, y si es cierto que Fidel tuvo a esta ciudad en su corazón por haber sido la urbe que proveyera a su guerrilla por mucho tiempo de alimentos, dineros y otros bienes, también creo que esta relación estuvo premiada por la influencia de Celia ya que sentía un amor inmeso e incalculable por esta tierra.


Eso no sólo está en la memoria de los que fueron beneficiados por su amor, atención y desvelo, también en los hijos que ella cuidó, muchos de aquí de Manzanillo cuando comenzó a desarrollar ese plan de becas y apoyo a estos niños que quedaron de cierto modo desamparados», expresó.


Hay una frase de Fidel que tiene que ver mucho con Celia y Manzanillo y es la que el Comandante le dijera a uno de sus colegas, Echevarría: «Si esa mujer es cómo tú dices, donde mejor está es en Manzanillo», al respecto Luis comenta que, «esas palabras tienen que ver con el desembarco del Granma.


Celia había hecho mucho por el arribo de los expedicionarios desde el mapa, la carta naútica que iban a utilizar, hasta en los preparativos para recibirlos en tierra, y Fidel vió que Celia donde mejor estaba era aquí a pesar de querer incorporarse a esa tropa, pero es que ella tenía su misión acá en Manzanillo, que representaba a esta región del oriente cubano pues no existían provincias, ni municipios.


A veces las personas miran fríamente a las frases o las descontectualizan, pero esta tiene un valor incalculable, hay algunas que son universales como esa, pues cada uno de nosotros tenemos un lugar específico donde estar para ser útiles en verdad», subrayó Rodríguez Peña.

El Manzanillo de Celia llena de energía positiva
Luis siente que todo esto debe ser transmitido a las nuevas generaciones, y lo hace bajo la inspiración de una de las ahijadas de Celia, la hoy Doctora en Ciencias Pedagógicas Eugenia Palomares Ferrales, hija del capitán Pastor Palomares López quien falleciera en el combate de Palma Mocha el 20 de agosto de 1957.

Fidel y Celia se hicieron los padrinos de Eugenia respondiendo a la promesa que le hicieron al capitán Palomares en la Sierra Maestra, y hasta la bautizaron con el padre Sardiñas, una unión que nunca se rompió.

Celia con Eugenia en brazos en su bautizo en plena Sierra Maestra cuando tenía dos meses de nacida //Foto cortesía de la entrevistada
Celia con Eugenia en brazos en su bautizo en plena Sierra Maestra cuando tenía dos meses de nacida //Foto cortesía de la entrevistada
Eugenia con su madrina Celia //Foto cortesía de la entrevistada
Eugenia con su madrina Celia //Foto cortesía de la entrevistada


Eugenia es una manzanillera adoptiva porque a ella le unen muchos lazos con esta ciudad imposibles de desatar de su corazón. Aunque hoy vive en la capital cubana, ella nació en la antigua región de Manzanillo, específicamente en la comunidad de los Altos del Naranjo, en Santo Domingo, hoy perteneciente al municipio Bartolomé Masó.


«A Manzanillo me enlazan los medios hermanos que tengo allí que nos criamos juntos desde niños aquí en La Habana cuando Celia los trajo y nos conocimos en la escuela José Martí en Santa María del Mar, y me vinculo mucho allá porque es donde está mi familia de los Ferrales y Paneques, así como en mi monte de Santo Domingo.

Eugenia Palomares Ferrales //Foto tomada de internet
Eugenia Palomares Ferrales //Foto tomada de internet


Manzanillo me ata también porque fue una de las ciudades de Celia, y ese vínculo con mis medios hermanos manzanilleros significa mucho porque como soy hija única de mis padres, mantengo estrecha relación con los Lastres (Olga y Melecio) y Buenaventura Acosta, entre otros más.


Fíjate si nos vinculamos que cuando presenté mi libro dedicado a Celia, Olga es la que me llama para decirme que la había puesto en una fotografía del texto. Eso significó nuestro reencuentro porque yo no la reconocí a pesar de haber crecido juntas y de que Celia nos celebró los quince años, pues después de la muerte de Celia nos desvinculamos y ahora nos volvimos encontrar con mi libro», dice esta profesora de historia.


Eugenia ya tiene publicado dos textos dedicados a la heroína, el primero con el título Bajo el sol de la Sierra, que es la historia de su padre vinculado con la heroína y el Comandante en Jefe, y el otro Celia, mi mejor regalo. Este último «es mi gratitud a Celia de haberme formado, ella debe estar orgullosa de mí, no pudo verme con este sueño hecho realidad de mi doctorado en Ciencias Pedagógicas, una profesión que fue ella quien me motivó a estudiarla».

Eugenia presenta el primero de sus libros dedicados a Celia y a us padre //Foto tomada de internet
Eugenia presenta el primero de sus libros dedicados a Celia y a us padre //Foto tomada de internet
Celia, mi mejor regalo, segundo libro de Eugenia //Foto tomada de internet


En este agradecimiento se incluyen muchas actitudes que hoy caracterizan a la humildad de esta mujer. «También le debo a Celia los deseos de estudiar, investigar, y leer. Fueron muchos los castigos que me impuso por incumplir mis deberes como estudiante, con ella misma y con el Comandante.


Había una rectitud muy grande, pero tan bonita por la dulzura que ella nos trataba, específicamente conmigo que era una de las más indisciplinadas, y era tan dulce que a veces yo quería portame mal para que me regañara. Ella era mi madre porque era la que veía todos los días, estaba al tanto de mis ropas, mi pelo, de mi organización, cosas de formación que las sentí y hoy las vivo».


Celia estaba al tanto de todo lo que acontecía en la vida de Eugenia, «de la celebración de los 15, los novios que había que ser muy selectivas, y así fui madurando en mis becas, primero en la secundaria básica porque se lo pedí, y luego en el pedagógico».


Esta prestigiosa profesora se hizo maestra por Celia y Fidel que se lo pidieron a pesar se que no le gustaba la profesión. «Me siento muy complacida de haber cumplido con ellos y hace dos meses estoy como doctora y casualmente defendí en mi tesis doctoral a Celia como una de las educadoras destacadas del siglo XX.


Increíblemente le dí el gusto a ella porque sigo investigando, continúo siendo maestra con tremendo orgullo en un preuniversitario. Cuando concluí con mi doctorado dije cumplí con mi madrina y mi padrino, estoy satisfecha de ellos y espero que donde quieran que estén se sientan orgullosos de mí»; la voz se le entrecortó y del otro lado del auricular la sentí llorar por ellos.


Eugenia es miembro de la Unión de Escritores de Cuba (UNEAC) y ya prepara un tercer libro Celia y la educación, con todas sus contribuciones a la educación cubana que se convierte en una educadora social.


Esta ahijada de la heroína no puede terminar de hablar de Celia si no menciona a Manzanillo. «Es que este municipio está lleno de historia por tradición desde Céspedes y hasta la Revolución en el poder. Hay que pisar la tierra de Manzanillo para ganar en energía positiva.


Yo veo a esa ciudad inmesa porque es increíble como uno disfruta de esa región, yo lo hago mucho, me encanta y de ahí vinieron muchos muchachos para acá a formarse y están dando muchas cosas positivas a la Revolución», concluyó Palomares Ferrales su testimonio sobre el vínculo con esta ciudad de mar y en especial con su madrina.


Colofón
Sirva este trabajo como homenaje a la flor más autóctona de la Revolución con el protagonismo de quienes vivieron y estudian la historia, para que a sus 101 años siga iluminando el futuro de las nuevas generaciones de cubanos.


Como dijo Luis Rodríguez Peña ella merece de todos los cubanos y en especial de los manzanilleros la siguiente frase ante su panteón: «Gracias Celia, yo te lo agradezco».