El teatro, un derecho cultural para los niños

La experiencia escénica es mágica, potencia la imaginación./ fotos tomada de Facebook

Muy temprano en la mañana, revisaba como amanecía el mundo y recordaba que en esta fecha en todo el orbe se celebra el Día del teatro para niños y jóvenes, ahí recordé mi infancia y lo feliz que me hacía ver alguna obra en las tablas o disfrutar de la actuación de payasos.

En la actualidad este hábito de asistir con nuestros hijos a lugares donde ellos puedan disfrutar de una obra teatral dedicada y propia a su edad, se ha perdido y no porque no existan, sino porque muchos padres prefieren que participen de festejos para adultos.

Muchas veces hemos abordado temas en los que recabamos en la necesidad de no quemar las etapas de los niños, y aunque hoy el día está dedicado al teatro infantil, es bueno recordar que vivir la fantasía de esas edades es algo maravilloso y muy saludable.

En nuestra ciudad existen proyectos y grupos de teatros que dedican presentaciones a los pequeños y que divulgan por las diferentes vías, sus prestaciones, con precios asequibles, ahora bien ¿Por qué no dejar que los pequeños disfruten de esta experiencia? ¿Por qué cortarle las alas a su imaginación?

Es muy lindo cuando interactuamos con los actores, cuando podemos ver que son personas con mucho talento y que podemos tenerlas muy de cerca.

Me encanta cuando el actor manzanillero Hamlet Santos publica de sus presentaciones junto al Teatro Ategua o el Proyecto teatral GIA, donde existen espectáculos que centran su atención y hacen todo por la risa de un niño.
Y que decir de Noelia Yaque Cedeño, con sus ocurrencias, al igual que las Jacarandas, por solo repasar alguno de los tantos que hay en nuestra ciudad.

«Los niños son la esperanza del mundo», sentenció José Martí, y no se equivocó, en ellos esta nuestro relevo, pero, para garantizar nuestra continuidad debemos saber educarlos y tratarlos como lo que son.

Este 20 de marzo, Día Mundial del Teatro para Niños y Jóvenes, es una oportunidad ideal para recordar a los adultos los derechos culturales de los niños y jóvenes que los rodean para participar de las artes en general y del teatro en particular.