Fidel y el deporte revolucionario

Foto tomada de Internet

Manzanillo. Abril 8.- Muchas son las pasiones que ha tenido el pueblo cubano al disfrutar de la actuación de sus deportistas en citas nacionales e internacionales, donde se mueve el orgullo que nace desde el interior de nuestras esencias, emociones que sin dudas han sido gracias al pensamiento y la creación del líder eterno de la Revolución cubana.


A Fidel le debemos el privilegio de contar con los beneficios del deporte revolucionario, que pone al alcance de todos las posibilidades de practicar la actividad física que mayor placer nos aporte.

Y es que antes de 1959 este derecho sólo lo podían disfrutar unos pocos, los más acomodados, por supuesto, mientras que los pobres con talentos debían contar con la suerte de que alguien con dinero les descubriera sus dotes, para que los explotaran al máximo con el propósito de sacar beneficios propios, o debía realizar esfuerzos casi sobrehumanos para poder demostrar sus capacidades.


En Manzanillo contamos con uno de esos ejemplos, el Club 10, hoy Unidad Docente Deportiva (UDD) Alfredo Uset Bertot, un sitio creado en los primeros años del Siglo XX por los habitantes de la ciudad que pertenecían a la clase media, los que pensaron que debían de tener un lugar donde reunirse con las familias y amistades. Aquí sólo muy pocos tenían el derecho de disfrutar de la piscina, los campos de Tenis y el terreno de Softbol, que en la actualidad se mantiene.


Luego del enero triunfante de 1959 el lugar se convierte en sus inicios relacionados con el deporte, porque primero fue un círculo social para trabajadores, en la Escuela de Deportes Náuticos, donde se practicó el Remo, las Velas y el Kayak.

Más tarde pasa a ser la Academia Municipal de Deportes “Alfredo Utset Bertot”, donde se ejercitaron la natación, el nado sincronizado, clavados, polo acuático, ajedrez, ciclismo, tenis de mesa, voleibol, baloncesto, tenis y béisbol, y en la actualidad como UDD para la formación de profesionales en el tenis y el softbol.

El Club 10 de Manzanillo en los años 40 del siglo pasado //Foto tomada de internet
El Club 10 de Manzanillo en los años 40 del siglo pasado //Foto tomada de internet
El Club 10 de Manzanillo creado en el siglo pasado //Foto tomada de internet
El Club 10 de Manzanillo creado en el siglo pasado //Foto tomada de internet
El Club 10 en la actualidad, hoy como UDD Alfredo Uset //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
El Club 10 en la actualidad, hoy como UDD Alfredo Uset //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Gracias a Fidel hoy contamos con la masificación del deporte al crear el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), porque para él eso era un derecho. Quizás su visión de esta genial idea nació porque fue un entusiasta de la práctica del deporte, primero cuando estudiaba en el colegio Belén, y luego en sus años como universitario en La Habana donde se ejercitó en el béisbol, el fútbol y el baloncesto.


Esto permitió que de centros como la UDD Alfredo Uset salieran prestigiosas glorias deportivas que tanto orgullo han dado al pueblo cubano.

Una clara demostración que tenemos hoy de los privilegios de contar con este derecho del pueblo se vive aún fresco con las emociones de la recién concluida 60 Serie Nacional de Béisbol, donde el equipo de los Alazanes de Granma resultaron por tercera vez ser coronados con la copa de Campeones Nacionales.

Y es que este equipo, como todos los de Cuba, está integrado por profesionales salidos del pueblo, gente humilde que se entregan a la pasión de la práctica de su deporte sin la necesidad de pagar un centavo para ejercelo.


Tomo prestadas unas palabras del propio Fidel para mostrar cuánto representa para nosotros ese honor de la masificación del deporte cuando dijo: “Nuestra Revolución ha establecido el principio de que el deporte es un derecho del pueblo, a lo cual podríamos añadir que el deporte es también un deber del pueblo”.

“La política deportiva del país se encamina también a desarrollar las cualidades físicas y deportivas de aquellos niños y jóvenes especialmente dotados para el deporte, al objeto de desarrollar al máximo esas capacidades con fines competitivos, para la celebración de las competencias nacionales e internacionales”.

“Para ser un buen deportista se requiere disciplina, en primer lugar; se requiere carácter, se requiere interés, pasión por el deporte; y se requiere, sobre todo, voluntad”.


Pero en todo esto hay algo más, nuestro deporte revolucionario también tiene la dicha de ser solidario, porque desde esta pequeña isla bloqueada hemos conquistado otros corazones en el terreno internacional al ayudar en la preparación de deportistas y su equipos de otras regiones del mundo.


Porque Cuba no se queda con todos los privilegios, los comparte, con entrenadores que han logrado capacitar a glorias mundiales merecedores de múltiples medallas para sus respectivos países, gracias precisamente de ese preparador que salió del pueblo cubano a través de la política deportiva de esta nación.


Así lo dejó bien claro el eterno Comandante de la Revolución cubana: “Todo lo que hemos hecho y haremos en el campo del deporte no será para gloria vanidosa de nuestro pueblo. Seguiremos compartiendo nuestras experiencias con los pueblos hermanos. Miles de instructores deportivos cubanos dejan hoy sus enseñanzas en muchas partes del mundo.


Casi medio centenar de ellos están acompañando a las delegaciones de otros países presentes en esta Olimpiada, donde competirán contra nuestros equipos. Es conocida su honradez y su total lealtad a los atletas y equipos que entrenan”
, y es esta es una distinción que también nos llena de orgullo.


Entonces, gracias Fidel por regalarnos esa posibilidad de practicar nuestro deporte favorito y hacernos campeones sin pagar un centavo, gracias por permitir que en nuestras academias y universidades se pulan de manera gratuita los talentos que darán otras emociones y orgullo al pueblo, y gracias por masificar el deporte, el que podemos practicar en una esquina, en un centro, en un estadio, o cualquier lugar donde nos sintamos libres de hacer nuestra actividad física.


Concluyo este comentario con una de sus ideas que resume la esencia de lo que alcanza su pensamiento deportivo. “El deporte ayuda a la salud; el deporte hace fuerte —no solo físicamente, hace fuerte también moralmente—, hace fuerte también el carácter, hace fuerte también la voluntad; el deporte educa los músculos y educa el carácter; desarrolla la inteligencia, hace ciudadanos más saludables, más preparados y más desarrollados en todos los sentidos”.