En las más difíciles circunstancias, Cuba procurará siempre que su más grande fiesta de las letras sea una celebración posible.
Esa voluntad de Estado fue refrendada ayer, en Santiago de Cuba, en la clausura de la 32 edición de la Feria Internacional del Libro, a la que acudieron más de 2 200 000 personas.
Juan Rodríguez Cabrera, presidente del Instituto Cubano del Libro, transmitió el reconocimiento a quienes «fueron capaces de sortear obstáculos para regalarle a la familia cubana esta fiesta de las artes, que se reafirma cada año como el mayor evento cultural del país».
Destacó que «nada ha podido impedir que se haya materializado una amplia programación y la asistencia del pueblo, principal destinatario de este enorme esfuerzo que se erige como un hijo legítimo de las ideas de quien vive hoy más que nunca entre nosotros: nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz».
No pasó por alto una de las más importantes efemérides que se celebran en 2024, los «65 años de la fundación de la Imprenta Nacional de Cuba, fecha que dio inicio a la organización del sistema editorial cubano, hecho sin precedente en nuestra historia cultural y motivación especial para felicitar a escritores, editores, libreros, diseñadores, traductores, productores, impresores, y a todos los vinculados con este hermoso logro, únicamente posible por la obra de la Revolución», dijo.
Trascendió que participaron en la Feria 435 representantes de 56 naciones, una cifra que vuelve a romper récord de países con presencia en la fiesta, un verdadero acto de «solidaridad y confianza» en nuestro país. Se realizaron más de 6 200 acciones literarias y artísticas; y se presentaron más de mil novedades literarias físicas y digitales.
Del proyecto Cuba-digital, dirigido fundamentalmente a niños y jóvenes, se ofertaron más de 2 000 títulos.